Conoces a alguien. Ya sea a través de una aplicación o de un amigo común, la atracción surgió y decidiste salir. A partir de ese momento puede pasar cualquier cosa: el encuentro puede ser divertido o aburrido, puede repetirse una y otra vez o terminar ahí mismo, pueden descubrir varias cosas en común o ninguna. Realmente sólo hay una manera de descubrir lo que vendrá: viviendo.
Y aquí te señalo la mejor forma de disfrutar cualquier tipo de encuentro en tu vida: estar disponible. No intentes complacer sin ganas ni ocultar algo que crees que no vale la pena mostrar, de lo contrario corres el riesgo de caer en la famosa relación superficial. Sin intimidad, sin conexión y sin diversión.
Puede que incluso tengamos cierto miedo a apegarnos, buscando siempre la mayor libertad posible, pero recalco aquí que nada de esto tiene sentido si se entiende que no hay libertad sin apertura. Nunca serás libre de tener relaciones con tantas personas como quieras mientras sigas teniendo miedo de querer tener una relación mínima con una; La libertad llega después de mirar los miedos y concluir que es mejor estar herido que cerrado.
Sí, esto puede significar felicidad, tristeza, placer o dolor, en un encuentro que dura horas o en una relación que dura años, no hace mucha diferencia, porque la vida realmente sucede en cada momento. Y te lo prometo, es incierto. Puede brindarte las mejores expectativas o las nunca esperadas, pero solo descubres quién está ahí, presente. Cuando te entregas al momento y eliges estar presente, automáticamente estás dispuesto a ser vulnerable, porque el presente es un número infinito de posibilidades y no hay forma de saber lo que vendrá. Pero también lo prometo, vale la pena.
Ser vulnerable en una relación no significa necesariamente exponer todos tus traumas pasados o llorar por una herida aún abierta en los primeros 30 minutos, sino ser honesto y amable contigo mismo si la conversación toma este turno. Puede pasar esto o puede ser que el tiempo pase con sólo unas buenas risas. De todos modos, lo importante es estar completo. Eso es mostrarse vulnerable: es estar abierto, porque sólo así ocurre la magia. Te das cuenta de que al fin y al cabo no tienes nada que perder y puedes disfrutar del placer de ser tú mismo mientras descubres quién es la persona que tienes a tu lado.
Creo seriamente que la intensidad no tiene nada que ver con la longevidad y que una relación puede ser profundamente eterna en menos de 24 horas. Nada puede ser más intenso y agradable que alguien abierto y presente. Ahí es cuando ocurren las conexiones inexplicables. La conexión contigo mismo y con la(s) persona(s) que estás disfrutando. La consecuencia es darte cuenta de que eres mucho más complejo y apasionado que esa ventaja, y que la sensación de ser tú mismo es increíblemente liberadora y adictiva. Si la persona con la que estás también es abierta, sentirás, y quizás te des cuenta, del privilegio de vivir con sinceridad.
Si dura una noche, un mes o un año, que suerte. No te pierdas en el calendario. Ve tras ello si te apetece y déjalo ir si no tiene sentido, pero no pierdas el tiempo por miedo a los juicios externos, si puedes. No tengas miedo de aferrarte al presente porque, es un cliché, pero en realidad es todo lo que tienes. Quizás te sorprenda tu próximo amor platónico. Recuerda siempre que si eres sincero, no tienes nada de qué arrepentirte. No hay nada más triste que una vida sin miedo.
コメント